sábado, 19 de marzo de 2011

¿Usted sabe escuchar?

RELACIONES SOCIALES
Saber escuchar puede hacer la diferencia. Dominar el arte de escuchar a los otros puede, inclusive, salvarnos  la vida


Mgter. Nelson Riquelme Pereira
PA-DIGITAL

Era un diálogo sencillamente porque las dos hablaban, pero en sentido estricto, era tan solo un monólogo entre dos, pues ninguna escuchaba. Mientras la señora Ramona relataba que la fiesta de 15 de su hija estuvo espectacular y se afanaba contando los detalles: Que si el maquillaje, que si el vestido fue hecho en... que si el peinado... las damas y los chicos... la música y el baile... que su papá estaba... los regalos... el “after party”...

     En el mismo tiempo y espacio, su comadre Eufemia comenzaba un relato preguntando, sin esperar respuesta alguna, “¿sabes lo que me paso en el súper? Estaba yo comprando las carnes cuando, ¿adivina quien llegó?, el mismo, el descarado ese, fulanito de tal, el muy...” y prosigue con una perorata reflexivo-catártica sin prestar atención aparente a su interlocutora.

     Cuando al fin se separan, hacen un alto para despedirse y se dicen introspectivamente que es bueno hablar con los amigos y conocidos de confianza. Hablar, es bueno, saludable y hasta placentero, hablar. Pero, ¿que hay de escuchar? Las personas tienen la tendencia a no escuchar lo que nos dice la persona con la que hablamos, a hablar en paralelo, simultáneamente; entre otras cosas, porque solo se interesan en su propia historia o porque se va unos pasos por delante pensando en cuál va a ser el argumento de su respuesta.

     No sólo oír, escuchar en el sentido pleno de la palabra. Escuchar activamente lo que significa escuchar bien, con atención y cuidado, tratando de comprender lo que nos dice la otra persona, esperar nuestro turno para intervenir, sin acaparar la conversación, estando presentes no sólo físicamente sino también psicológicamente.

     Para escuchar activamente se debe evitar cometer errores de comunicación que pueden estropear la conversación. Conductas como interrumpir a nuestro interlocutor mientras está hablando, dedicar más tiempo a hablar que a escuchar, distraernos, no prestar la suficiente atención, desconectarnos de la conversación, no elegir el sitio adecuado para la entrevista, prejuzgar el mensaje, interpretar los comunicados desde nuestro punto de vista y dirigir la conversación hacia nuestros intereses.

     Además, debemos evitar realizar preguntas cerradas que impiden el desarrollo de ideas, reaccionar ante lo que creemos que son ataques emocionales o personales, prestar atención sólo a las partes del mensaje que nos interesan, sermonear, mandar, reprochar, dar lecciones o aconsejar, desaprobar, cuestionar o quitar la razón al otro, insultar o despreciar a nuestro interlocutor, ironizar o reírnos del otro o descalificar o subestimar el mensaje.

     Escuchar activamente puede mejorar nuestra relación con las demás personas, pues saber escuchar es un arte y una destreza fundamental en la comunicación que tiene muchas ventajas. Entre otras ventajas, la persona que sabe escuchar obtiene la confianza de los demás lo que, a su vez, promueve apertura y sinceridad, hace sentir a los demás como seres valiosos, logrando de forma barata y sencilla motivar a las otras personas. Además, la persona que tiene habilidad para escuchar crea ambientes relajantes, produce un efecto calmante, tranquilo y sin estrés, lo que a la larga tiene un efecto positivo sobre la salud mental. 

     Más aún, la persona que escucha activamente puede ir al fondo de los problemas, promoviendo aclaraciones y ampliaciones de la información que puede ser importante para actuar con prontitud y realizar las tareas preventivas o correctivas oportunamente, atrayendo para sí el mismo respeto que les prodiga a sus interlocutores, identificando los objetivos y sentimientos de los demás . Por otro lado, al escuchar activamente se puede aprender de las experiencias de los otros, adquiriendo nuevos y enriquecedores conocimientos, reflexionando sobre los mensajes propuestos y confirmando la información recibida.

     En conclusión, las personas con destrezas para escuchar se benefician de tener buenas relaciones interpersonales con los demás, al tiempo que pueden ser asertivas, honestas y solidadarias, mostrando una adecuada autoestima y respeto personal.

Publicado originamente en:  Suplemento Día D.  Panamá América, Domingo 17 de octubre de 2010.