martes, 19 de abril de 2011

Cambiar para vivir la vida o Vivir para cambiar la vida


Mgter. Nelson Riquelme Pereira

Que el cambio es inevitable, ineludible y necesario es algo en lo que la mayoría de las personas están de acuerdo.  Que es imprescindible cambiar para sobrevivir, para mejorar o, simplemente para crecer es una afirmación que acepta pocas discusiones.  Sin embargo, aunque para muchas personas cambiar es un noble propósito, la tarea concreta de hacerlo no es tan simple.  Gran cantidad de personas, en diversos momentos de su vida, se plantean la necesidad de cambiar o desarrollar nuevas cualidades para enfrentarse a los retos cotidianos o extraordinarios que les plantea la vida.  El cambio, sin embargo, es paradójico.  Por un lado cambiar no es fácil, no es sencillo, no ocurre con la rapidez con que las personas lo desean.  Por otro lado, cambiar es inevitable, es parte de la existencia y el desarrollo personal de cada individuo.

El cambio es cíclico.  Se cambia para prepararse para realizar nuevos cambios, se vive para cambiar, se cambia para vivir en un proceso incesante de cambios y adaptaciones.  Como el hombre y sus circunstancias (Ortega y Gassett) no permanecen siempre iguales, los cambios tienen que suceder y sucederse, posibilitando adaptaciones a las condiciones reinantes de vida, al entorno socio-histórico y al ambiente circundante.  En medio de todos los cambios, sin embargo, se permite una continuidad en la identidad psicológica de la persona que cambia.

El cambio es también complejo, se inicia en el interior de la persona, se refleja en su conducta exterior, para consolidarse definitivamente en su intimidad humana.  Las personas pueden emprender dos tipos de cambio.  El primero consiste en cambiar las estructuras o esquemas internos de percepción de la realidad, de las circunstancias, de los otros y de sí mismos, en estos caso se dice que el cambio es verdadero y perdurable.  El otro tipo de cambio se refiere a los cambios cosméticos o superficiales que se relacionan con factores de presión externos y duran mientras las condiciones que los impusieron estén presentes.  Por su complejidad, los cambios son individuales.  Cada persona tiene que realizar, dirigir y responsabilizarse por su propio cambio.  Para ello, los siguientes pasos pueden serle de utilidad:

  1. Seleccione sus objetivos:  Para realizar cambios efectivos es necesario identificar las conductas que se desea modificar y escoger los objetivos que se desea alcanzar.
  2. Traslade sus objetivos a conductas específicas:  Las personas sólo pueden cambiar aspectos reales de su vida, por tanto, deben convertir sus objetivos en conductas específicas.  Si alguien desea sentirse mejor, debe especificar qué cosas le harían sentirse mejor (tener más amigos, poder conversar con mayor facilidad, reducir el estres, etc.).
  3. Dimensione sus objetivos:  Los cambios deben dimensionarse en el tiempo y el espacio.  Señale claramente y en forma realista el tiempo que le tomará cambiar y los lugares o circunstancias en que desea realizar tales cambios.  Esto le evitará frustraciones de tiempo y lugar.
  4. Observe su conducta:   Si los cambios se realizan por medio de conductas específicas, es necesario observar en primer lugar, las conductas insatisfactorias y luego reemplazarlas por las conductas deseadas.
  5. Desarrolle un compromiso personal:  El deseo de cambiar por sí solo no lleva al cambio.  Las personas que desean introducir cambios en su vida tienen que mostrar y desarrollar un compromiso serio y profundo con ellos mismos de manera que puedan enfrentarse a los retos propuestos.
  6. Organícese para recibir información:  Desarrolle un grupo de apoyo con familiares y personas que le aprecian y solicíteles que le ayuden a observar los aspectos que usted no puede ver.
  7. Revise su plan de acción según sea necesario:  Los proyectos de cambio personal no son inmutables, pueden y deben ser alterados de acuerdo a las exigencias personales y sociales.
  8. De seguimiento a sus planes:  Es muy importante darle seguimiento a los planes personales.  Una vez que se proponga algo organice su conducta de manera que pueda alcanzar sus objetivos.  No importa cuan buenos sean sus propósitos ni cuan elaborados sean sus ideas y objetivos sino se empeña en realizarlos y le da seguimiento jamás logrará lo que quiere.
Aún cuando son complejos y difíciles, los cambios son posibles si la persona desarrolla sus objetivos y pone todos sus recursos personales a trabajar en la dirección que desea.  Por tanto, atrévase a realizar los cambios que usted sabe le proveerán de una sensación más placentera en su vida.

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