miércoles, 25 de febrero de 2015

Caminar la milla extra...


Nelson Riquelme Pereira

 

Rodrigo González, funcionario municipal, miro lo que había hecho, sonrió diciéndose a sí mismo que lo actuado había valido la pena.  No por lo que ganaría en términos monetarios ni por lo que dirían las personas sino por la satisfacción personal de haber hecho lo correcto, por la satisfacción de haber sido solidario y de haber atendido la necesidad de los demás. 

Rodrigo tuvo la oportunidad de irse, de retirarse de la escena sin pena ni gloria, sin embargo, decidió quedarse, no hasta el final de su horario de trabajo o hasta el límite de sus funciones o deberes, sino hasta el final de la actividad, hasta completar el trabajo, decidió caminar la milla extra. 

El concepto de "caminar la milla extra" se remonta a Las Sagradas Escrituras, cuando Jesús, en el Sermón de Monte, aconsejo a sus discípulos "A cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos” (Mateo 5:41, Versión Reina Valera 1995).  Este precepto de Jesús ha devenido en un consejo popular que dice  "Si quieres experimentar las cosas buenas de la vida: tienes que estar dispuesto a caminar la milla extra". 

Resultado de imagen de caminar la milla extraCaminar la milla extra implica una actitud positiva y proactiva frente a las cosas que nos depara la vida, lo que conlleva un cambio en la forma como enfrentamos nuestro trabajo y al esfuerzo que ponemos en nuestras actividades diarias. Es decir, significa que debemos poner todo nuestro empeño y dar lo mejor de nosotros mismos en cada cosa que hacemos, sin contar las ganancias o los beneficios propios. 

Hacer lo que nos corresponde o solo nuestras funciones y deberes es solo caminar una milla, es lo que estamos obligados a realizar.  Hacer las cosas más y mejor, dando más tiempo, esforzándonos más, con ánimo y alegría, superando los estándares propios, para beneficio de las personas, de las comunidades y de la organización a la que representamos es en sentido práctico caminar la milla extra.  

Quien decide caminar la milla extra está ejerciendo un valor fundamental, su libertad, está eligiendo colaborar, con el propósito de elevar su comportamiento y su espíritu sobre los egoísmos y mezquindades de la vida de las personas comunes.  Toma control de su propia conducta y decide hacer lo correcto y más, porque desea contribuir, ser parte de la solución, actuar con verdadero amor y fraterno al prójimo. 

Las personas que caminan la milla extra exhiben una fortaleza de carácter, demuestran un auténtico compromiso social, expresan una capacidad para sobrepasar las expectativas, testimonian su aprecio por las personas de su entorno, contribuyen al cambio de los paradigmas sociales y por sus acciones solidarias siempre tienen “una sonrisa en el rostro y una canción en el corazón.

Este escrito apareció en la REVISTA URBE de la Alcaldía de Panamá

 

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